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Madrid, Madrid, Spain

martes, 22 de enero de 2013

La Voluntad del Custodio (Parte I)

Descanso interrumpido
Nuestros aventureros, tras el episodio de Refugio Invernal y la búsqueda de su mentor, parten nuevamente de la Cima del Salto para embarcarse en nuevas aventuras. Douven ya está sano y salvo y se encuentra estudiando sobre el espejo de dragón y la misteriosa secta que lo anhelaba. Theren el paladín se queda junto a él tanto como protector como colaborador en las investigaciones. Es por esta razón que al grupo se une Samot el enano, un nuevo compañero y también discípulo de las enseñanzas de Douven.
El nuevo grupo formado ahora por Ilithya, Samot, Torak, Maewynn y Anilorac, se encuentra de descanso en Aguas Fuertes, un pueblo del noroeste de Faerûn de unos 2000 habitantes.
El día comienza tranquilo, un paseo por el pueblo, una visita al Pichel Verde (la famosa posada de Aguas Fuertes) no anticipan lo que pocas horas después sucedería...
En el Pichel Verde nuestros amigos conocen a un fortachón que organiza pulsos de fuerza, Torak se anima, mostrando confianza en sí mismo y reta al norteño a un pulso por cuatro monedas de oro. El semiorco muestra su fuerza y pericia y vence al fortachón a las primeras de cambio, el dinero es suyo, ¡bien por Torak!
Mientras, sus compañeros se fijan en una cortina al fondo de la posada, allí conocen a una misteriosa mujer mayor, envuelta en ropajes de mago, que dice leer el futuro. Los personajes aceptan su destino y acceden a pagar una cantidad de oro para ver que les deparan las cartas. La mayoría de ellos salen satisfechos con el vaticinio a pesar de que las palabras sean vagas y difusas. A Samot, le es rebelado:
  • En algún momento, aprenderás más que tus compañeros.
Así mismo, a Anilorac se le indica:
  • También podrás ver el futuro
Para Maewynn las cartas dicen:
  • Serás juzgada por una misión muy importante.
Y la predicción para Ilithya es:
  • en el futuro serás más eficaz con tus ataques.
Pero para Torak, la fortuna no parece estar de su lado, la mujer muestra su carta, y le explica lo que significa:
  • En un futuro, caerás dormido y nunca más despertarás.
Torak tendrá ahora que luchar contra su destino. ¿Serán ciertas las palabras de la anciana?
Tras esto, nuestros personajes vuelven a las mesas de la posada, y sin tiempo para reaccionar, son agasajados por un grupo de guardas de la villa, que dicen necesitar su ayuda, ¡están atacando la ciudad! Nuestros héroes dudan de si sus intenciones son lícitas, pero una buena perspicacia de grupo da por verídicas las órdenes de los soldados, y acceden a acompañarles a una audiencia urgente con la persona al cargo de Aguas Fuertes, La Dama de Fuego Lunar. De camino a su presencia, en susurros, Ilithya advierte a sus compañeros que no conoce gran cosa de ella, pero sí tiene claro que no se la tiene precisamente en alta estima entre las tierras circundantes próximas.
Ya en la pequeña fortaleza en la que se encuentran sus aposentos, construida y levantada por enanos, La Dama, una excéntrica y ostentosa mujer élfica les saluda cortésmente y les cuenta rápidamente la situación. Una ingente horda de enemigos está intentando entrar en el pueblo, y pide la ayuda de nuestros amigos para una importante misión por la fama que precede a todo aventurero de la Cima del Salto discípulo del mismísimo Douven.
Nuestro cometido consiste en proteger un objeto muy importante, una espada mágica, y llevarla a Llorkh, un pueblo al este, a unas 10 millas de distancia donde podrán poner distancia entre tan poderoso objeto y la hueste de goblins y orcos que están atacando Aguas Fuertes, y que, más que probablemente estén tras la búsqueda de dicho objeto.
Una vez dadas las órdenes por La Dama, los héroes hablan discretamente también con su hijo, presente a su lado en la sala, éste les dice que está muy preocupado por sus amiguitos pero esta tan asustado que poca información útil puede dar.
Los héroes no lo dudan ni un sólo instante, hay que salir de allí de inmediato. Ya en la calle, en el afán de evitar peleas, Ilithya utiliza un buen truco de mago para despistar a los enemigos que ya han conseguido penetrar las defensas de Aguas Fuertes. Cuernos de guerra se oyen en la lejanía, el ambiente es verdaderamente tenso. Junto con la magia arcana de Ilithya, una buena estrategia de sigilo en grupo hace que los héroes puedan huir a través de las alcantarillas. Accediendo a ellas desde una entrada oculta en el interior de una casa al oeste de la ciudad, de la que previamente les había informado La Dama dejando atrás el pueblo a través de los pasadizos subterráneos.
El hedor en las cloacas es insoportable. Al bajar, nuestros amigos se topan con Zark, un enano que dice ser el regente del cercano pueblo de Zelbross. Les habla de la locura de La Dama, una persona que obtuvo el poder sin el mérito necesario y que no sabe cómo tratar situaciones de guerra y de la que no se deben fiar. Finalmente les dice que no han de ir a Llorkh; la espada mágica ha de ir a Zelbross, allí un gran ejército se prepara para combatir a los orcos. Dicho esto, asciende por las escaleras que previamente ha descendido el grupo, dirección a la ciudad para prestar ayuda a sus súbditos infiltrados en Aguas Fuertes y regresar con ellos a su propia ciudad donde espera vernos para el mismo empuñar, contra el mal que se cierne, el valioso objeto que cuidan nuestros protagonistas.
Los héroes están confusos. ¿Qué planes tiene cada persona con la que han hablado? ¿De quién se pueden fiar? Posponiendo a quién tienen que creer o a que pueblo llegar, si a Zelbross o a Llorkh, Anilorac decide que lo más importante ahora mismo es salir de allí con vida y llevar el objeto lejos de Aguas Fuertes.
Al avanzar por las alcantarillas, la dracónida líder del grupo en cabeza, descubre mediante la fatalidad de resbalar y caer al suelo que éste está cubierto de algún tipo de aceite. En lo que tarda en incorporarse nuevamente, los héroes divisan un grupo de kobolds, ayudados por unas terribles ratas gigantes, que atacan al grupo en un cruce de túneles.
Una dura batalla tiene lugar, las ratas son enemigos rápidos, y van directos hacia el grupo, llevándose Torak la peor parte. Un mordisco de una de las ratas le hace sentirse extrañamente mal de inmediato, perdiendo algo de capacidad de curación de sus heridas. Mientras Ilithya, coge rápidamente una antorcha de la mochila de Maewynn para quemar el aceite del suelo y hacer arder a sus enemigos en el infierno. Algunos kobolds perecen con la proeza. Maewynn, y Samot gritando por Moradin, acaban con sus enemigos a espada y hacha con una brutalidad insospechada. Y mientras, Anilorac una vez en pie, empuja hábilmente a una de las enormes ratas hacia el fuego y a continuación acierta certeramente con una flecha de su ballesta, previamente prendida de fuego, a un kobold que atacaba desde la distancia con una honda prendiéndose en llamas su cuerpo ya inerte.
Al terminar el encuentro, Samot encuentra en un cadáver algunas piezas de oro y un pergamino ritual de buen uso para Ilithya.
Poco después otro enigmático personaje aparece, dice llamarse Leoven, un Cambiante amigo y súbdito de Zark, y se ofrece a guiar a los personajes a través de las laberínticas alcantarillas. Estos aceptan y comparten su camino con el misterioso personaje, guiándoles a través de las cloacas, en busca de una salida al exterior, lejos de los orcos y goblins y más cerca de una solución a la poderosa espada mágica que recibieron de La Dama.
En un momento dado, tras girar una esquina, una tenue luz se ve al fondo, una pequeña trampilla de madera les separa de la luz del día.

Continuara...
"Agradecimientos a Miguel Angel De Julian por su maravillosas partidas de Rol"

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